La enfermedad periodontal es una patología crónica, que cursa en brotes con una sintomatología mínima (a veces, totalmente asintomática) y conduce a la pérdida de soporte periodontal de los dientes, es decir, del hueso en el que éstos se sujetan y de las encías).
Las Gingivitis (inflamación de las encías)
El tabaco es un conocido factor agravante de la enfermedad periodontal, por lo que el fumar conlleva una respuesta peor a los tratamientos.
Las periodontitis (inflamación del periodonto, o conjunto de estructuras que sujetan los dientes a los maxilares). Dentro de ellas se distinguen formas de gravedad distinta; así, la periodontitis rápidamente progresiva y refractaria al tratamiento, que generalmente empieza en una edad joven (tanto más joven, más graves), acaba en la pérdida inexorable de dientes en unos pocos años.
Factores de riesgo
- El mal control de placa: sin una correcta técnica de cepillado que elimine los depósitos bacterianos de dientes y encías, el control de la periodontitis no es posible.
- El tabaco es un conocido factor agravante de la enfermedad periodontal, por lo que el fumar conlleva una respuesta peor a los tratamientos, y un mayor riesgo de agravamiento de su evolución normal y de reactivación de la enfermedad.
Expectativas terapéuticas
Una adecuada higiene dental y una revisión de rutina a tu dentista habitual son la mejor prevención para evitar cualquier afección en la boca.
El tratamiento de la enfermedad periodontal es fundamentalmente domiciliario , por medio de una exquisita higiene oral: cepillado, uso de seda dental y, en ocasiones, manejo de colutorios.
Sin embargo, en las fases activas de la enfermedad estos procedimientos no surten efecto sin la previa intervención del dentista.